jueves, 9 de mayo de 2013

miércoles, 8 de mayo de 2013

cápsulas






siii


idea general: catalizador social
bloque inferior de programas colectivos
árboles que pinchan en ese bloque con programa residencial temporal y permanente



trabajo sobre la residencia temporal: cápsulas









martes, 7 de mayo de 2013

la deconstrucción de la casa vs. la casa positivista



La casa deconstruida : Cápsulas


La casa como forma reconocible, como módulo disponible para la agregación que da como resultado un espacio interior zonificado, ha dejado de ser interesante. Lo importante es ahora el medio, el conjunto de artefactos o muebles que muestran un programa estrictamente ligado a lo más inmediato de la existencia diaria de su dueño: el embellecimiento (aseo), la información (consola de telecomunicaciones) y el reposo (butaca cama).
Su ámbito es la privacidad, sus condiciones la fugacidad y el anonimato.
Su estructura y dimensiones son mínimas. Se caracterizan por su temporalidad.



La casa positivista


Representa la concepción de la casa y la familia institucional. La nueva categoría dominante es, para el arquitecto positivista, el metro cuadrado: La casa se disecciona, se descompone en unidades mínimas cronometradas para reorganizar las tareas en esquemas carentes de interferencias, perfectamente coordinados. Su condición es la optimización, la mecanización de cada movimiento, de cada material.
No queda en ella lugar ni rincón para la desviación, el aislamiento o el gozo: lo privado se expone, lo doméstico se anula, lo íntimo se castiga. La casa positivista permite la exposición (visibilidad transformada en vigilancia) de los miembros de la familia: saludable, trabajadora, eficiente. Sus características son la practicidad, la transparencia, la limpieza.



Si tomamos ahora la concepción de la casa positivista en todas sus acepciones, es fácil imaginar que ante esta limpieza de cuerpo y de alma que el sujeto positivista plantea en su forma de habitar, necesite un contrapunto que le permita liberarse como ser humano: un espacio fuera de esa casa, anónimo, donde poder llevar a cabo esas tareas castigadas a los ojos de su propia familia y su comunidad. Parece lógico pensar que el sujeto positivista es un ser humano contenido y asfixiado por la norma y que, regularmente, necesitará una forma de escape hacia nuevas áreas de impunidad donde se produzcan formas más intensas de socialización.

lunes, 6 de mayo de 2013

liso vs. estriado




Deleuze, al hablar de espacio se refiere simultáneamente a un espacio físico, a un modo de habitar y, en última instancia, a un modo de ser.

Espacio liso: abierto, homogéneo, indiferenciado. Su adjetivo es la multiplicidad. Su condición la apropiación, el agenciamiento del espacio por parte del usuario, que encuentra un lugar para uno mismo, que crea su espacio y establece una relación con él. Su usuario es el nómada y su espacio es un "entre", es un camino. (On the road, Jack Kerouac)

Espacio estriado: cerrado, organizado, jerarquizado, rígido. Su usuario es el sedentario; su condición el límite. 


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jueves, 2 de mayo de 2013

chica nómada de tokyo_ toyo ito







Mínimas estructuras, prácticamente cabañas o tiendas de campaña, en las que se quedaría apenas encerrado el ámbito de la privacidad.

Toyo Ito señala el desplazamiento de intereses del pensamiento contemporáneo hacia cierto anonimato.
La casa como forma, como módulo disponible para la agregación, como entidad reconocible y como espacio interior zonificado, ha dejado de ser interesante. Lo importante es ahora el medio, el conjunto de artefactos o muebles que muestran un programa estrictamente ligado a lo más inmediato de la existencia diaria de su dueña: el embellecimiento (tocador), la información (consula de telecomunicaciones) y el reposo (mesa y silla).

Fugacidad, ni memoria ni futuro...

El sujeto posthumanista habita provisionalmente, como el parásito ni es invitado ni es ajeno.


Es la percepción del nómada, el espacio "liso" que Deleuze contrapone al espacio "estriado" propio de la percepción sedentaria, de la ciudad y la casa institucionales.




La Buena Vida, Iñaki Ábalos

martes, 30 de abril de 2013

Sobre la ciudad como parque de atracciones



Existe en ambos una no-jerarquía; la misma que se da en la televisión, donde el acontecimiento más importante es el corte, el paso sin interrupción de una telenovela a un documental, eliminando las diferencias y asignando el mismo valor a todos los elementos de la red, de modo que cualquier combinación posible pueda tener un sentido. Así es la nueva ciudad resultante: un campo urbano continuo, una red conceptual de alcance infinito. Una ciudad convertida en región (Megalópolis). Lo que en esta ciudad se echa de menos no son determinados edificios ni un lugar en particular; sino los espacios intermedios, las conexiones que dan sentido a las formas. De este modo, pasamos de un término a otro según un orden baladí, pudiendo alterarlo sin variar el producto; El mensaje será el mismo, y éste se va repitiendo y completando por adición.



A-geografía


La nueva ciudad no está asociada a ningún lugar en concreto. Tiempo y espacio quedan obsoletos ante unos avances tecnológicos (internet, móviles, tarjetas de crédito...etc) que rompen las políticas de proximidad en las que se basaba la ciudad tradicional. Las nociones de lugar, distancia o límite se someten a crítica. Presenciamos la emergencia de un modelo de ciudad que no se integra en el tejido urbano existente incorporando sus estados previos y su contexto. Las nuevas arquitecturas se descontextualizan y se dirigen a un usuario-consumidor al que se le presentan, a modo de guía turística, una discontinuidad de escenarios, imponiéndole incluso el itinerario más eficaz posible para que no sea en ningún momento partícipe de sus conexiones.